Más de lo mismo

No es un secreto para nadie que el fútbol es el deporte más popular y practicado del planeta, pero tampoco es un secreto para nadie -lo cual puede resultar bastante contradictorio- que en los juegos Olímpicos no ha sido ni es el que más interés genera para el público ni para los deportistas. Y de verdad que esto es bastante discordante, dado que lo natural debería ser que la mezcla entre el evento deportivo más importante del planeta y el deporte más popular, diera como resultado un espectáculo inigualable en cuanto a la actuación de los deportistas y en cuanto al interés que podría generar entre el público y los medios. Pero, a pesar de esto, la realidad es otra.



¿A qué se debe esta incongruencia? Entre las razones que podríamos mencionar están, primero, que la FIFA ha convenido con las federaciones que el torneo Olímpico sea sub-23, lo que hace que la mayoría de las grandes estrellas del fútbol no participen en las justas (aunque se den excepciones como la de Argentina, cuyos mejores jugadores son los que están por debajo de esa edad); segundo, que en las justas Olímpicas lo que más interesa es ganar muchas medallas en el menor tiempo posible, por lo que el torneo futbolístico se considera muy largo para tan poca generosidad (el país ganador juega siete partidos y sólo se le anota una medalla en la tabla), mientras que otros, como la natación o el atletismo, entregan una gran cantidad de preseas por la diversidad de sus modalidades; y tercero, que el fútbol ofrece a los aficionados una gran cantidad de torneos de gran calidad durante todo el año, que además de eso ya son de una marcadísima tradición (torneos locales de cada país, copas internacionales, partidos de selecciones), lo cual desvía la atención de los aficionados, por ser éstos conocedores de que su deseo de ver un gran espectáculo se va a satisfacer más fácil en otro torneo diferente al Olímpico, además de que la FIFA ni siquiera incluye a este certamen dentro de su calendario de torneos oficiales.


Estas justas de Beijing-2008, al parecer, fueron un poco más generosas en lo futbolístico, gracias a que los talentos hoy en día se explotan a edades más tempranas, lo que favorece el nivel de los juegos. Y además, porque para estas justas, algunos países como Brasil y Argentina, pusieron especial interés en ellas; el primero, porque continua con su orgullo herido dado que en su historial, el único primer lugar que falta, es el Olímpico, por lo que este año buscaron acabar con esa "deshonra" para su fútbol llevando un equipo con estrellas jóvenes y reforzado con Ronaldinho, y ni aún así lograron su objetivo ni mostraron todo el fútbol que se esperaba de ellos; y el segundo, porque los argentinos asumen “con hambre” cualquier torneo que implique ponerse los colores nacionales, además que esta vez tenían el aliciente de revalidar lo hecho en Atenas-2004, lo cual cumplieron aceptablemente, aunque la verdad no tenían una competencia realmente fuerte que les impidiera conseguirlo, lo que se demuestra en que al rival que en el papel era el más duro –Brasil-, le ganaron con un fácil 3-0.


En fin, para sintetizar, estas justas Olímpicas, en cuanto al balompié se refieren, podemos decir que fue "mucho de lo mismo"; es decir, un nivel futbolístico bastante regular, un interés un poco mayor del que habitualmente poseen los medios y los aficionados (sobre todo de los chinos) pero no por el nivel visto, sino simplemente porque "eran los Olímpicos", y finalmente, un campeón que hizo méritos para serlo, psicológica y mentalmente, porque fue el que más ansias tenia de poner a su país en el primer lugar del podio, y, futbolísticamente, porque, simplemente, fue el menos malo.


P.D: Si las cosas siguen como hasta ahora, es decir, con los olímpicos dándole poca importancia al fútbol, y con el fútbol dándole poca importancia a los olímpicos, simplemente para Londres-2012 no esperemos sino "más de lo mismo".