Los contratan por buenos y luego los echan por malos

En el mundo laboral existen algunas profesiones que son peligrosas, otras exigentes, otras mal remuneradas, algunas incluso pueden llegar a ser ingratas, pero en realidad son pocas las que pueden llegar a reunir todas estas cualidades al mismo tiempo. Una de ellas es la del Director Técnico de fútbol, especialmente en el fútbol latinoamericano, y por tanto, en el colombiano.

El torneo ya ha comenzado, y con él vienen también los despidos de los técnicos, (van 4 fechas y ya se fue el primero, Víctor Luna, del Bucaramanga) que, en la mayoría de los casos, comienzan a trabajar en un equipo con grandes expectativas por parte de los dirigentes, jugadores, y sobre todas las cosas, de la hinchada, y luego terminan, luego de un par de partidos, despedidos por “malos resultados y por no cumplir las expectativas”, sin tener en cuenta siquiera que el tiempo y las herramientas de trabajo que se le están dando a esa persona no son las suficientes para que ésta responda verdaderamente con lo que se espera de ella.

En el fútbol, tanto local como mundial, está ultra-demostrado que la gran mayoría de los resultados positivos que obtiene un equipo de fútbol son consecuencia de un proceso, de una continuidad de un grupo de personas que van cumpliendo una serie de objetivos a corto, mediano y largo plazo y que consiguen finalmente el premio mayor, que generalmente consiste en la obtención de un titulo, cualquiera que sea. (Ejemplos recientes tenemos muchos, pero sólo por mencionar algunos, podemos hablar del Manchester United, último campeón de Europa, que tiene el mismo técnico desde hace más de dos décadas y varios jugadores con más de un lustro vistiendo su camiseta; a la Liga Deportiva Universitaria de Quito, que se abstuvo de despedir hace dos años a su técnico Edgardo Bauza, a pesar de los malos resultados de los comienzos, y hoy en día es el flamante campeón de la Copa Libertadores de América; y sin ir tan lejos, podemos hablar del Boyacá Chicó, actual campeón colombiano, cuyo técnico es el único en el país que lleva mas de dos años en el cargo).

Sin embargo, aunque la solución al problema ya se conoce, en la gran mayoría de los casos no es tenida en cuenta por parte de los directivos, que contratan y despiden técnicos de una manera escandalosa, llegando muchas veces a cometer absurdos como el del Tolima, que despide a Hernán Torres, contrata a Jorge Luis Bernal, lo dejan trabajar un mes y luego de ese plazo vuelve a traer a su antecesor, el mismo que había despedido un mes antes “por malos resultados”.

Es por eso que los directivos de nuestro fútbol deben comenzar a manejar los equipos de otra manera, a empezar a creer realmente en los procesos y a estar por encima de las presiones externas, sobre todo de la hinchada, porque muchas veces el afán de buenos resultados, como pasa por ejemplo con los que pelean el descenso, los está encegueciendo y no les está permitiendo ver que el problema no es esa persona a la que están obligando a salvar el equipo en unos pocos meses, sino que muchas veces el problema son ellos mismos y su administración superficial y resultadista, que utiliza al director técnico como chivo expiatorio para evitar que sean ellos los culpados por los problemas de un equipo, y que los lleva a tomar decisiones tan absurdas como el pensar que la forma más fácil de salvar a un barco de una tempestad es la de arrojar al capitán al mar, generando así una crisis mas profunda.

P.D: Son varios los técnicos que en Colombia están “en la cuerda floja” por falta de resultados. Entre ellos están Pedro Sarmiento y Santiago Escobar, que tienen al Cúcuta y al Medellín en el sótano de la tabla. Se espera que esta semana los directivos tomen las “decisiones” pertinentes. Ojalá a la hora de hacerlo valoren bien las posibilidades que se les ha dado de realizar bien su trabajo, y que no se laven las manos diciendo que están arreglando los problemas del equipo porque despidieron al DT y trajeron a otro, que en últimas no va poder hacer nada diferente a su antecesor, y va a terminar también licenciado a los pocos meses. ¿Será que es imposible detener ese círculo vicioso?

Comentarios

Jairo Alberto ha dicho que…
Muy bien joven Luis M.

Olvidas que el deporte en nuestro país es visto como una acividad económica de particulares. Recuerda que el único que posee las características de Club Deportivo es El Deportivo Calí.

Los demás equipos pertenecen a personas naturales y la esencia de ellos desde lo económico es la rentabilidad inmediata y eso se logra con base en la exigencia a ultranza de resultados y queda más facil cancelar un contrato -el del entrenador- que otros muchos -el de los jugadores- y de paso les permite particularizar los problemas de la institución desde la óptica de un centro de costos personal.

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