Mi once ideal de la temporada
Terminada
la emocionante y en algunos casos sorpresiva temporada 2011-2012, llega la hora
de hacer valoraciones. Parte de lo bonito del fútbol es que nunca hay realmente
nada escrito, y que continuamente estamos recibiendo sorpresas (positivas y negativas).
En este caso lo único que quiero es hacer una valoración de los que para mí
fueron los mejores jugadores en su puesto durante los últimos 9 meses.
Arquero:
No hay que pensarlo mucho. No hay que ser un
genio para decidirlo. Es el mejor arquero del siglo XXI y sin duda uno de los
mejores de la historia. Ha ganado cuanto torneo se ha inventado la industria
del fútbol. Un fenómeno adentro y fuera de las canchas. Es el capitán de su equipo y de su selección,
y unilateralmente decidí nombrarlo capitán de este once también. Es Iker Casillas. Un nombre que está
escrito con letras de oro en la historia del fútbol español y del Real Madrid.
Un arquero seguro por arriba, con unos reflejos únicos. Un arquero capaz de
ganar partidos él solo. Y que no se arruga nunca. Durante toda la temporada
estuvo a un nivel altísimo. Si no fuera por lo mal que cobran penales sus
compañeros, probablemente habría alzado la Champions. Al menos él hizo todo por
lograrlo.
Defensas:
A mí me gustan los esquemas ofensivos, el fútbol vertical. Aún así, valoro
mucho el trabajo de las grandes defensas, y no soy de esos que critican porque
sí el catenaccio, porque defenderse
bien es un arte. Pero para que las cuentas me cuadren, este año decidí jugármela
con la peligrosísima línea de 3. Lo bueno es que con estos nombres cualquier
delantero se asusta, y no creo que me hagan muchos goles.
Thiago Silva: para mi gusto, el mejor defensa central del mundo.
Rápido, fuerte, seguro en el cierre, imposible de derrotar en el juego aéreo.
Es el líder indiscutido de la defensa del Milan y de la selección de Brasil.
Ustedes dirán ¿Por qué está en el once ideal un tipo que no ganó ningún título?
Quizá esto nos dé un poco de luces: en los tres partidos en los que el Milan
perdió los campeonatos (Fiorentina por la Serie A, Juventus por Copa Italia,
Barcelona por Champions League), Thiago Silva no jugó por lesión. Si allí
hubiera estado la muralla, otra habría sido la historia.
Sergio Ramos: Basta de chistes sobre el penalti. Un feo lunar en medio
de una faz inmaculada. El sevillano es quizá el jugador de más crecimiento
durante esta temporada. Las lesiones de Ricardo Carvalho lo devolvieron a la
zona central, su posición original, y desde entonces Ramos se ha convertido en
un bastión fundamental en el esquema del Real Madrid. Un experto cabeceador,
muy rápido en los cierres. Y una cosa que antes no tenía: impone respeto. Muchas
veces lo vi quitar balones simplemente plantándosele de frente al delantero. Muy
pocos defensas pueden decir lo mismo.
Carles
Puyol: Un defensa para el que los
adjetivos sobran. Un tipo que con corazón solventa con creces sus deficiencias
técnicas. Un hombre que siente el fútbol como pocos, que no se arruga nunca y
que mete miedo allí donde va. Las lesiones lo atormentan continuamente, pero él
siempre sabe volver. Quizá fue una temporada poco espectacular en números, pero
cada vez que jugó lo hizo a un nivel altísimo. Un futbolista ante el cual hay
que quitarse el sombrero.
Aquí
me la jugué por el toque. Tres hombres que saben quitar balones y comenzar el
ataque. Estética, técnica y físico perfectamente combinados en estos tres
nombres. Con un mediocampo así cualquier equipo sería invencible.
Xabi Alonso: Un jugador único en su especie. Sin el mariscal vasco, el
juego del Real Madrid sería otra cosa. Quizá el mejor pasador en largo que hay
en el fútbol de élite. Su forma de jugar es comparable a la de los mejores quarterbacks de la
NFL. Su veteranía y seriedad para jugar le dan un plus sobre los
rivales. Otra virtud: siempre es muy regular en su juego. Y esta temporada
siempre lo hizo a un nivelón.
Bastian Schweinsteiger: El terror de los locutores latinoamericanos (por su
apellido impronunciable) es también la personificación de la esencia del fútbol
alemán: físico, pegada, buen quite y depurada técnica. Es el bastión del
mediocampo del Bayern Múnich y de la selección alemana desde hace 6 años. El fútbol
ha sido injusto con él, porque siempre ha quedado ad portas de la gloria. Quizá
la Eurocopa sea el comienzo del desquite. Sería el premio a una temporada
magnífica para uno de los mejores jugadores que ha dado Alemania en el siglo
XXI.
Xavi: Tiene
que estar, aunque no haya sido su mejor temporada. Pero es que una temporada no
tan buena de Xavi es mejor que la del 98 por ciento de los futbolistas. Adjetivarlo
es tan difícil como quitarle el balón. Es el juego del Barcelona hecho
futbolista. Es el responsable de tantos éxitos azulgranas. Es un director de
orquesta perfecto. Es una bofetada en la cara de los que piensan que en el fútbol
las estrellas tienen que hacer maromas espectaculares. Su juego es tan simple y tan
básico que es imposible de detener. Por eso es uno de los mejores del mundo.
Extremos:
Son
dos fenómenos indescifrables. No son centro delanteros, no son enganches. No son
nada que pueda encuadrarse en lo que dictan los manuales. Sus números son de
otro planeta. Tienen una capacidad sobrehumana de superarse a sí mismos. La rivalidad
más grande que ha dado el fútbol en este siglo, que lo ha hecho tan
interesante. Yo los pongo de extremos, porque de algo hay que ponerlos, pero
desde ya les dije que pueden jugar donde les dé la gana. Con eso me aseguro 96
goles por año. Una barbaridad.
Cristiano Ronaldo: Una máquina imparable. Un futbolista insaciable y voraz. Es
amado u odiado, pero su juego es indiscutible. El futbolista más completo por
la forma en que juega. Va bien de cabeza, con ambas piernas y en los tiros
libres. Todos lo conocen. No hay mucho más que decir.
Lionel Messi: Inútil tratar de describirlo. Cuando se retire será un
dolor de cabeza para los historiadores. ¿Pelé? ¿Maradona? ¿Di Stefano?
¿Ronaldo? ¿Zidane? ¿Messi? ¿Quién es el mejor de la historia? Estar en esa
baraja es suficiente descripción. Sus 50 goles en la Liga Española están llamados
a ser un récord absoluto por mucho tiempo. A menos de que él decida lo
contrario el próximo año.
Delanteros:
Dos salvajes. Dos depredadores. Dos nombres que bastan
para que el director técnico rival no duerma en una semana. Dos futbolistas de
los que alguna vez se dudó, pero que respondieron llevando a sus equipos a la
cima de Europa. Para pararlos hace falta una escopeta. Y ni siquiera eso
garantiza que el balón no termine al fondo de la red.
Didier Drogba: Si el fútbol fuera
justo, tendría que ganar el balón de oro. No tiene números espectaculares, pero
él es el rey de Europa. Guió al Chelsea a ganar la Champions a punta de coraje,
pero también de goles. Probablemente Valdés y Neuer todavía tengan pesadillas
con él. Ningún gol suyo fue un añadido. Cada uno fue importante para que el
equipo azul haya alzado dos copas.
Falcao García: Bicampeón. Bigoleador. Si alguna dudaba de él y de su
capacidad de jugar en una liga grande, que por favor se disculpe. Lo de Falcao
no tiene muchas maneras de describirse. Si jugara con seres humanos, habría
peleado seriamente por el pichichi. Pero ante los números de Messi y CR7, le
tocó resignarse a un honrosísimo tercer lugar. Esta temporada se consolidó como
uno de los mejores delanteros de Europa, y sus números lo avalan para estar en
el mejor once de la temporada.
Ese
es mi once ideal de la temporada. Si alguno discrepa con algún nombre, bienvenido. Pero
me concederán que con este equipo hasta un entrenador de cricket saldría campeón
del mundo.
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