La violencia en el fútbol, un absurdo del tamaño del Maracaná




Esto parece "la historia sin fin". La violencia en los estadios del fútbol colombiano no para. El semestre pasado enfrentamientos entre hinchas de Santa Fe y América, Nacional y Medellín, que costaron la vida de varios hinchas, que coincidencialmente eran los que no estaban buscando camorra...hace poco un conductor de un bus asesinado, y este fin de semana otro asesinato más por el simple motivo de ver a alguien con una camiseta de un equipo que no es el propio.

La causa real de este problema es sencillamente que el concepto de hincha en nuestro medio viene sufriendo una grave distorsión. Hoy en día se piensa que el hincha de verdad es aquel que va al estadio, se cuelga de un tubo, grita cuantas barbaridades se le ocurren contra el árbitro y el rival, insulta a su equipo después de la derrota, sale del estadio a desquitarse con gente que no tiene nada que ver y luego se va para su casa tan campante, como si nada hubiera pasado. Hoy en día estamos pensando que comprar una boleta y ponernos una camiseta nos hace dueños de un equipo, de su historia, de sus colores e incluso de sus jugadores (que muchas veces no saben como se llaman o en que posición juegan). Pensamos que el verdadero hincha es que el que se alegra con la derrota del otro y no con las alegrías propias, pensamos que se es más hincha por clavarle al hincha del otro equipo un puñal, olvidándonos de que detrás de esa camiseta hay una familia, unos padres, un futuro, incluso unos hijos...

Uno de las motivaciones para un equipo es sin duda sus hinchas, eso no lo niega nadie. Al equipo le preocupa tener a sus hinchas contentos, porque al fin y al cabo parte del dinero que entra a sus arcas es el de la boletería, y es mucho más motivante jugar con la presión que genera la posibilidad de hacer felices a tantas personas que se consideran hinchas del equipo. Pero como decía antes, comprar una boleta no hace hinchas. El hincha es el que se alegra con las victorias de su equipo, el que llora cuando pierde, pero sabe que el otro domingo hay desquite, el que goza más viendo a su equipo campeón que al vecino peleando el descenso, el que sabe mantener de amigos a la razón y al corazón, en fin, el hincha tiene que tener algo de romántico y algo de intelectual, y sobretodo tiene que ayudar a construir y no a destruir, porque estamos llegando al punto que para muchos equipos de fútbol sus hinchadas se están volviendo más un problema que cualquier otra cosa.

En conclusión, el problema de la violencia hay que acabarlo educando, porque incluso para ser hincha de un equipo hay que aprender por lo menos lo mínimo, que es el respeto a la posición del otro. Podemos decir que el hincha "nace pero hay que hacerlo", porque muchas veces ésta violencia en el fútbol no es más que un reflejo de nuestra problemática social, y la solución a este problema es desde el fondo, desde el principio, desde la generación que apenas esta comenzando a saber lo que es un balón. Y la mejor manera de hacerlo es con el ejemplo, porque ¿que podemos esperar de los niños, los futuros "barristas", que hoy ven los partidos en televisión, y que ven cómo en cada tiro de esquina cae algún objeto contundente a la cancha? Simplemente la reproducción de lo mismo que pasa actualmente.

En fin, este problema se acaba educando, y para eso, a los "hinchas" actuales (entendiendo por "hincha" la definición dada iniclamente) hay que lograr atajarlos cuanto antes, si es necesario con la fuerza pública de por medio, y así evitar que el futuro aprenda lo negativo de nuestro fútbol. ¿Será que es imposible soñar con un estadio colombiano en el que los policías ya no sean necesarios?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Totalmente de acuerdo, pero yo propondría una solución mucho más rápida y drástica que la educación: un muerto más y se cancela el torneo. Sencillo.
Juan Camilo Montoya ha dicho que…
Yo no pienso que tengamos que soportar otro muerto mas para tomar medidas. Yo pienso que por el momento prohibir las excursiones asi como el uso de camisetas alusivas fuera del estadio puede atenuar los animos, pero es claro que estos son solo paliativos, las soluciones de fondo se deben tomar luego de un estudio riguroso del fenomeno de las barras bravas en un sociedad como la colombiana.
Jairo Alberto ha dicho que…
Joven Luis M.

Por simple que te parezca la violencia del futbol es una expresión más de nuestra sociedad.

El reto estriba en buscar no sólo las raices del mismo, sino las alternativas del mismo.

Permíteme enumerarte algunas:

Participación DIRECTA de las barras en reuniones con directivos y cuerpo técnico para simplemente oir civilizadamente lo que se piensa. Esto por que contrario a muchas otras áreas del conocimiento el futbol maneja es opinión y la opinión hay que discutirla.
Otra sería que los equipos se convirtieran en clubes deportivos y de está manera la participación de los hinchas tendría otro caracter.
Otra como ejercicio,permitir que las barras creen sus mecanismos de control, que los haga responsables como barras de su comportamiento...

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