El pequeño equipo o la esencia del fútbol



Odio las desmitificaciones. Las detesto. Por eso me cuesta tanto perdonar a esos señores de corbata que nunca han subido a una bicicleta y ahora pretenden decir que Lance Armstrong ganó siete vueltas a Francia consecutivas –siete, SIETE, ¡seguidas!- porque se dopaba. No lo entiendo ni por el momento, ni por el personaje, ni por la intención. No veo el sentido de pretender ensuciar la carrera de un personaje mítico, que de tener un complicadísimo cáncer pasó a subirse a lo más alto del podio en París por casi una década completa.

No lo entiendo por una razón muy simple. Porque desde que veo deporte –las versiones aún no han sido confirmadas, pero fuentes extraoficiales dicen que fue dos días antes de arribar al vientre materno- capté que el deporte tiene algo oculto, algo escondido, que nos atrae irremediablemente hacia él y nos convierte cada vez más en adictos sin remedio. Quizá por eso me molesta tanto –idealista, soñador, tonto llámenme si quieren- que haya personas empeñadas en ensuciar el deporte, que no tienen vida sino para insistir en que todo lo que vemos es una farsa, y que nuestros héroes –Jordan, Schumacher, Phelps, y todos aquellos que escribieron la historia- son sólo excelentes actores de un circo tan bien montado como escondido.

Yo de filosofía no sé nada, a pesar de que tengo unos cuantos buenos amigos que se han empeñado en enseñármela. Pero hay dos tópicos  de esta materia que tengo clarísimos,  y que vale la pena traer ahora a colación: uno, que hay un Sócrates distinto al que jugaba en Brasil, y dos, que los seres humanos deben esforzarse por captar la esencia de las cosas. Tarea difícil, sobre todo cuando no tenemos ni idea qué quiere decir exactamente que algo sea la esencia de algo, o viceversa.

En todo caso, muchas veces me descubro pensando en las razones por las cuales el fútbol es un fenómeno de una magnitud tan descomunal, capaz de trascender fronteras,  y más diciente aún, de ser tan importante para la vida de tantas personas. Y mientras esta cabeza mía, que según cifras de la última encuesta, piensa en fútbol más o menos 16 horas al día, sigue infructuosamente buscando una respuesta  a tal  pregunta –esa de por qué el fútbol es lo que es- siempre me acuerdo de esa frase de Diego Armando Maradona, quizá las mejores palabras que han salido de la boca del Diez en sus casi 52 años de existencia: “La pelota no se mancha”.

 He ahí la razón, creo yo. El fútbol es un fenómeno humano, y por lo tanto lo único que hace es reflejar los defectos y las virtudes que tenemos los hombres. Por eso vemos en la prensa que puede haber apuestas, dopajes, robos, lo que ustedes quieran. Pero eso es culpa del hombre –de su naturaleza, de su esencia, no tengo ni idea de qué exactamente- pero no del fútbol. Pero además el deporte de la pelota tiene una peculiaridad: que refleja 200 virtudes por cada defecto. Por eso, aunque  a los hinchas nos da más tristezas que alegrías, lo seguimos cada día con más fervor.

Este momento de reflexión –no digamos filosófica, porque ya está claro que de la ciencia de Hegel, aquel ilustre compatriota de Beckenbauer, no sé ni jota- me ha tomado cinco párrafos. Sin embargo, si usted quiere ver mejor expresado lo que quise decir, invierta un momento en ver el video que dejo al final de este aburridísimo post. Se llama “el equipo pequeño”, un documental que muestra la historia del peor equipo de Catalunya y sus alrededores. Un grupo de chicos que juegan al fútbol por diversión, porque les gusta, y que no se preocupan por marcar goles, por ganar, por ser famosos. Verlos sonreír mientras cuentan cómo son goleados todas las semanas es una de las sensaciones más impactantes que he vivido en los cuatro lustros que llevo en este mundo.


Las imágenes siempre han sido más elocuentes que las palabras. Por eso, que la pelota no se mancha queda claro en estos diez minutos. Después de tanta elucubración aún no sé si capté la esencia del fútbol, pero estoy seguro de que tras ver a estos chicos hablar sobre lo que harían si algún día marcaran gol, por lo menos estoy un poco más cerca. 





Si no puede reproducir el video, aquí les dejo el link en youtube: http://www.youtube.com/watch?v=xj-LKMTHAco

Comentarios

Felipe Castillo ha dicho que…
Muy bueno. Definitivamente el verdadero sentido del deporte está lejos de la ambición y el interés con que se maneja. Que bueno que le haya gustado tanto el video y que haya sido motivo de estas palabras.

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