Los próximos cien años (Versión Futbolística)

Hace poco leí un libro llamado “Los próximos cien años”, de George Friedman. En esta obra, el escritor estadounidense hace un análisis geopolítico del último siglo, en el cual se basa para hacer una serie de predicciones sobre lo que pasará en el mundo durante el siglo XXI. Un ejercicio más que interesante que tendrá que ser evaluado por las personas que habiten el mundo durante el siglo XXII para determinar cuán certeros fueron sus pronósticos. Inspirado por Friedman, me pareció interesante hacer un análisis de lo que puede pasar en el mundo del balompié durante los próximos cien años. Obviamente, con lo que viene a continuación no pretendo dármelas de pulpo Paul, ni de pastor neoyorquino, ni de redactor de calendarios mayas. Simplemente tomarme la atribución de tratar de vislumbrar un poco el panorama futbolístico mundial que tendrá lugar durante los próximos cien años.

Europa

No hay lugar a dudas de que el viejo continente seguirá siendo el amo y señor del deporte. Ni siquiera los cambios en su pirámide generacional impedirán que siga siendo la Meca del fútbol. Desde siempre han estado allí los mejores equipos, y los mejores jugadores de cada generación seguirán consagrándose en las canchas europeas. Ahora bien, es interesante preguntarse entonces quiénes dominarán Europa. La respuesta: los de siempre. Real Madrid, Barcelona, AC Milan, Manchester United, Bayern München, etc. Básicamente porque desde hace 65 años lo están haciendo, y no hay ningún indicio de que vaya a dejar de ser así. Seguirá pasando lo de siempre, que habrá épocas en que estos equipos se vean mermados y surjan sorpresas esporádicas: Benfica en los 60, Nottingham Forest en los 70, Hamburgo en los 80, Estrella Roja en los 90, etc. Pero los grandes siempre estarán ahí para despertar y volver por lo suyo. Según las estadísticas, Real Madrid –el que más títulos tiene- gana una Champions cada siete años. El segundo, el Milan, cada nueve. El promedio sube un poco con los que le siguen: Liverpool, Barcelona, Manchester United. Pero como decía ahora, lo que marca la tendencia es que simplemente cuando no le toque a uno le tocará al otro, y habrá realmente poco espacio para que los equipos chicos den la sorpresa, sobre todo si las brechas económicas entre las diferentes escuadras siguen haciéndose cada vez más y más grandes.

Otra tendencia que se dará en este siglo es que cada década surgirá algún equipo grande que por diferentes razones había caído en desgracia, y volverá a la máxima escena mundial durante algún tiempo para volver a la mediocridad poco tiempo después. El último fue el Liverpool. Dos finales de Champions después de veinte años de derrotas lo pusieron nuevamente en la vanguardia del deporte. Pero su momento dulce duró poco, y el año pasado alcanzaron a ocupar por algún tiempo la zona de descenso en la Premier League. Para esta década, auguro que el turno será del Ajax de Holanda. Reconocido por su prolífica cantera, el equipo holandés tiene muy buenas posibilidades de dar de qué hablar durante los próximos años. Si logran consolidar la base de jóvenes talentos que tienen y los motivan para que se queden y no quieran ser vendidos a una edad precoz, el equipo de Amsterdam puede volver a ser parte de la crema del fútbol europeo. Pero después de ese ciclo ganador, volverán otra vez a la época de vacas flacas, y entonces será el turno de que vuelvan a la discusión equipos como la Juventus, el Benfica y el Porto, que vivirán su momento dulce por un momento para luego volver a vivir el sabor amargo de las derrotas continuas.

Hay un último elemento bien importante para analizar: la tendencia cada vez más común de ver jeques petroleros comprando equipos de fútbol. Es clave tener en cuenta que lo que se proponen no es más que convertir a equipos de media tabla en potencias emergentes. Es el caso del Chelsea, el Manchester City y el Málaga. Pero los hechos marcan la cruda realidad de que hasta ahora esas híper inversiones no han dado tantos resultados. Si bien es cierto que el equipo de Stamford Bridge estuvo a un resbalón de ganar la Champions, su logro más notable en ocho años de estar recibiendo los petrodólares de Abramovich es el doblete de títulos locales conseguidos en 2010 de la mano de Ancelotti. Bien poco si hablamos de un equipo que alguna vez quiso estar en la vanguardia mundial. Por lo que se ve, y si nos atenemos a la fría realidad, hasta ahora la inyección de capital no ha sido directamente proporcional a los títulos ganados por estos equipos, y por lo tanto no hay elementos reales que nos permitan afirmar que durante los próximos cien años estos prospectos de neo-potencias vayan a lograr su cometido de convertirse en los jefes del nuevo orden mundial del balompié.

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En el fútbol, nunca nada está dicho. La última palabra siempre la tendrán los árbitros al señalar el círculo central en el minuto 90 de cada partido. Por eso, el anterior análisis no pretende ser el vaticinio de un oráculo, simplemente el planteamiento de posibilidades basado en las tendencias de los últimos años. Si yerro, que quede claro que nunca aseguré que iba a atinar. Y si acierto, espero no terminar en un acuario alemán rodeado de periodistas desocupados que se olvidan del mundo por estar mirando a un suertudo octópodo.