Triunfalismo, derrotismo, siempre lo mismo

Así es el fútbol, y así somos los colombianos. Ganamos, y somos los mejores. Perdemos, y somos de lo peorcito. Y para el caso actual, hace un mes estábamos condenados a esperar cuatro años más para aspirar a ver al equipo Nacional en un Mundial, y hoy, un mes después y con sólo un punto más en la tabla con respecto al mes anterior, pero con seis más disputados, Sudáfrica parece haberse acercado más que nunca.



Y no es que esté criticando o demeritando la magnífica actuación de Colombia en Brasil, o el gran primer tiempo contra Paraguay, sino que estoy criticando lo volubles y acomodados que podemos llegar a ser en nuestro país. Es cierto que Colombia mostró otra cara completamente diferente, que por primera vez desde que jugamos contra Argentina el equipo mostró verraquera y ganas de ganar, que se les notó la motivación y el orgullo patrio, y además que estaban llenos de confianza y de estimulación gracias a lo que les transmitió Eduardo Lara a lo largo de todo el tiempo de concentración. Colombia dejó de parecer un equipo rígido, los jugadores se veían más sueltos, hubo más dinámica para atacar y mucha más concentración y velocidad para defender, y todo eso es rescatable y motivo de gran alegría. Sin embargo, hay dos cosas que no se pueden pasar por alto: la primera, el mismo tema tratado en la columna anterior, y por lo cual no se tratará extensamente, y es la falta de capacidad de gol, no hay un jugador que la meta, no hay un definidor claro y contundente, y eso es lo que nos tiene fuera de la clasificación al Mundial. Ni el esquema de blindaje militar de Pinto ni el de jugar con libertades de Eduardo Lara han dado ni darán resultado para la Selección, mientras el gol no aparezca. Sin el gol, de nada sirve jugar bien, porque es la única forma de ganar.


Lo segundo que no se puede dejar de mencionar es nuestra falta de criterio para asumir tanto victorias como derrotas. Con Paraguay perdimos, y se nos cayó el mundo encima, éramos los más malos y decíamos que Brasil nos iba a “masacrar”; luego vamos al Maracaná a jugarle de tú a tú a los Brasileros, y somos unos genios, nuestros jugadores son héroes nacionales, decimos que Zagallo y Bilardo “se quedan en pañales” al lado Eduardo Lara, y empezamos a llamar a la agencia de viajes a reservar los tiquetes para viajar a Sudáfrica. Tenemos que dejar de ser tan derrotistas un día y tan triunfalistas al otro, dejar la volubilidad en nuestras ideas, y ser más objetivos a la hora de analizar lo que sucede en nuestro fútbol, porque sino, seguiremos teniendo una Selección “chiquitica”, que juega bien cada dos años, y que se tiene que conformar con ver por televisión cuatro de cada cinco Mundiales. Además, no nos olvidemos que hace cuatro años jugamos un “partidazo” en Maceio contra Brasil, en donde jugamos igual de bien que en esta ocasión, empatando igualmente cero a cero, y poco tiempo después nos costó sangre, sudor y lágrimas ganarle por la mínima diferencia a Bolivia en Barranquilla, en un partido en el que la Selección jugó desastroso. Es por eso que el partido del miércoles fue una muestra importante de lo que podemos hacer, pero hay que ver cómo nos comportamos cuando nos enfrentemos a un rival contra el que sea menos motivante jugar.



Por último, una mención al caso de la ratificación de Lara el próximo martes. Esta claro que él es el más idóneo en este momento, y que no hay ninguno que pueda tomar las riendas de la Selección de la manera que demostró él que puede hacerlo, pero también eso significará dejar sin el líder que ha forjado las ultimas generaciones de futbolistas a las selecciones juveniles, lo cual puede traer serias repercusiones cara al futuro, sobre todo porque con las juveniles pasa lo mismo que con los mayores, no se vislumbra alguien más que pueda realizar el trabajo como lo ha venido haciendo Eduardo Lara. En todo caso, como todo en la vida tiene sus pros y sus contras, esperemos que su llegada a la Selección traiga más de los primeros, por el bien de todos, incluyendo a Lara, para quien la decisión de tomar la Selección mayor o seguir en las menores es supremamente difícil, por la conexión afectiva que tiene con los jugadores que componen a ambas, y por su deseo de ser el seleccionador Nacional en el Mundial sub-20 Colombia 2011, que seria el cúlmen perfecto para cerrar su exitoso paso por las Selecciones Naciones juveniles. En fin, esperemos que sea lo mejor para todos, y que las agencias de viajes sí puedan hacerse su agosto vendiendo boletos para viajar a Sudáfrica.

Comentarios

Entradas populares