Guardiola y el Bayern: una mezcla que asusta
Sorpresivo
y de una lógica aplastante. Así es Pep Guardiola, y así puede considerarse su decisión de firmar con el Bayern Munchën. Tras el anuncio, todo el mundo del fútbol
quedó conmocionado. Pero sobre todo el español, que ve cómo el gestor de la
escuela futbolística más importante de las últimas décadas se va a Baviera a
enseñarle a los alemanes, los únicos con el poderío suficiente para hacerle
frente a la hasta ahora Armada Invencible de Vicente del Bosque y a la máquina
implacable que ahora dirige Tito Vilanova.
La
decisión de Pep sorprendió por intempestiva, pero no por ilógica. Desde que
estaba en el Barcelona se le ha reclamado que demuestre que puede ganar con un
equipo distinto al culé. Solo así, dicen algunos, entrará a ser considerado como uno
de los mejores entrenadores de la historia.
Guardiola
no es tonto. Por eso eligió una opción que combina esos nuevos retos que él
mismo buscaba con la estructura que lo facilita. Las demás opciones eran
demasiado riesgosas: en Inglaterra no le habrían perdonado ni una sola derrota. Además, tendría que estar sometido al vaivén de los jeques árabes y rusos,
caprichosos como ellos solos. Haberse ido al Milan, la otra opción que se
planteó en su momento, habría sido también una incógnita, dado el proceso de reestructuración
en el que se encuentra el equipo italiano, cuya directiva ya ha anunciado que,
salvo contadas excepciones, solo fichará gente menor de 22 años. Con esa política
a Guardiola le habría tomado un par de años construir un equipo ganador, lo
cual podría haber puesto en juego poderosamente su prestigio.
Irse al
Bayern era la opción más lógica. Un equipo serio, manejado por sus antiguas
estrellas, con una solvencia económica envidiable y con una de las mejores
canteras de Europa. Y por si fuera poco, una liga que viene en un crecimiento
progresivo y silencioso, cuyos equipos tienen reales aspiraciones en los torneos
europeos. Eso, sumado a la capacidad de trabajo de los alemanes, constituye el
material idóneo para que Guardiola haga de éste un equipo tan temible como el
Barcelona. Lógicamente los jugadores son distintos, y la forma de entender el
juego en España y en Alemania es diferente. Pero esto más bien es una ventaja,
porque ambas partes tienen mucho que aportarse la una a la otra. No en vano
hace un par de décadas nació el dicho popular: “el fútbol es un deporte en el que participan 22 jugadores y siempre
gana Alemania”. Si a esto le sumamos a Pep Guardiola, del Barcelona para
abajo todos deben empezar a mirar de reojo al Bayern con bastante susto.
El matrimonio
Bayern-Guardiola, además, puede tener una trascendencia mayor: no podemos
perder de vista que estamos a año y medio del mundial, y los alemanes están cansados
de quedarse a las puertas de la gloria, cosa que les viene pasando desde hace
una década. Lo de Pep seguramente no se circunscribirá exclusivamente a Baviera . El estilo del Tiki Taka –Tap
Tap, podría decirse en alemán- seguramente tratará de ser replicado en la
Selección, plagada de jugadores del Bayern. El fútbol alemán se verá potenciado
en todas sus facetas, y quizá por fin
encontremos un equipo que pueda hacerle frente de verdad a la selección española.
Y qué mejor forma de aprender la lección que contratando al gran maestro, que
además conoce al dedillo al rival más poderoso.
Lo
que se viene a partir de julio puede ser una nueva revolución futbolística,
esta vez gestada en Alemania. Por supuesto, en el fútbol nada está dicho y
también puede ser un rotundo fracaso. Pero lo que se intuye es que el monstruo
teutón volverá a alzarse para meter
miedo por todas partes. Quizá en un par de años el mundo deje de detenerse para
ver al
Madrid y al Barcelona, sobre todo si a la misma hora juegan el Borussia
y el Bayern.
Comentarios
A mi me alegra por Guardiola, quien espero pueda demostrar todo lo que sabe de fútbol y podamos seguir viendo el modelo del Barca en muchos equipos mas. Saludos.